Todos estamos sufriendo en nuestras propias carnes el alto precio del gasoil y la gasolina, que llevan ya semanas por encima de los 2 euros / litro, situación nunca vista hasta la fecha. Sin embargo, ya hemos convivido antes con estos niveles de petróleo.
Haciendo memoria, niveles de petróleo superiores a 120 dólares / barril no son novedad. En el año 2008 vivimos momentos de petróleo en máximos históricos, mientras que el precio del carburante se mantenía en unos, más llevaderos, niveles de entorno a 1.20 euros / litro.
Varios son los motivos que explican esta circunstancia:
- En primer lugar, debemos tener en cuenta el mercado de divisas. Mientras, allá en el 2008, el euro / dólar se cruzaba a un 1.40, hoy estamos cambiándolo en el entorno de 1.05, es decir, el petróleo en euros es hoy más caro que en 2008.
- Otro factor que está influyendo negativamente en el precio de los carburantes, soportado por el consumidor final, es la falta de inversión en infraestructuras, traducido en la falta de refinerías de petróleo. Es sabido que para que el petróleo, tal y como se extrae de los pozos, pueda ser de utilidad, debe pasar por las refinerías. La capacidad de refino en Europa (medido en barriles diarios) no llega actualmente a los 24.000, mientras que en el año 2008 superaba los 25.000. Mientras que la demanda de combustibles, al contrario de lo que podría pensarse, ha aumentado.
- Al hilo del punto anterior, cabe destacar que el flujo de inversiones destinado a la descarbonización y a reducir la dependencia de combustibles fósiles, en favor de las energías renovables, provoca que el flujo de inversión para atender la, aún creciente, demanda de petróleo y gas, sea insuficiente.
- Además, no podemos olvidarnos de que la crisis de Ucrania está generando un aumento generalizado del coste de la energía, debido a las tensiones geopolíticas entre Rusia y los estados miembros de la Unión Europea y a la dependencia de petróleo y gas ruso.
- No es lo mismo el petróleo procedente de Estados Unidos que el que viene de Rusia y países árabes, siendo el primero de peor calidad. A raíz de la guerra de Ucrania ha aumentado la importación de petróleo americano, y no todas las refinerías están preparadas para tratarlo.
- Por último, pero no menos importante, aproximadamente el 50% del precio de la gasolina, en España, viene dado por los impuestos mediante el famoso “impuesto a los hidrocarburos”, al que además hay que sumar un IVA del 21%.
Alto precio y economía real
Estos altos precios de los carburantes son una forma más del reflejo en la economía real de la inflación que lastra el poder adquisitivo de cada uno de los consumidores.
La mejor manera de combatir contra los efectos negativos de la inflación en nuestras carteras es optar por una gestión flexible e independiente de nuestro patrimonio, que nos permita des correlacionar de estrategias puramente indexadas.
Valga como ejemplo de esta des correlación la gestión de las estrategias sectoriales que, desde Diaphanum, realizamos de forma continua.
Este año, en el caso de la inflación, nos cubrimos con bonos ligados a la misma y destinamos un porcentaje de nuestra renta variable al sector energético ligado a petróleo.
La renta variable con sesgo energético – petróleo está comportándose bien en lo que llevamos de año, arrojando rentabilidades de doble dígito en muchos casos, en contraste con los dos ejercicios anteriores.
Vemos recorrido y mantenemos por el momento la exposición a este sector en cartera como inversión táctica.
Javier Cabeza Barroso